Hoy queremos reflexionar sobre cómo el Día de Reyes es un buen momento para compartir con la familia, inculcar valores y rescatar lo que de verdad importa para ser mejores.
Las fiestas de invierno como Navidad, Año Nuevo y Día de Reyes son fechas que nos permiten estar cerca de nuestros seres queridos y representan una gran oportunidad para festejar la vida, intercambiar anécdotas y hacer un recuento de lo aprendido.
Muchas familias aprovechan estas celebraciones para acercarse a las nuevas generaciones y cultivar en ellas una serie de hábitos y costumbres que les permitan ser mejores día tras día.
Este momento de unión es propicio para compartir experiencias y conocimientos que se convierten en una guía para los más jóvenes de las familias, quienes necesitan tener una visión más clara sobre el sentido de la vida, reforzar sus valores y elegir el tipo de personas que quieren llegar a ser.
Henry Condía, profesor de Ética de la Universidad del Rosario, menciona que la enseñanza de valores es fundamental para que los jóvenes desarrollen habilidades, se conviertan en adultos responsables y además conserven sus tradiciones.
“Tener una buena formación en valores nos ayuda a desarrollar todas nuestras habilidades intelectuales y talentos, pero no se puede esperar que sean las instituciones las encargadas de que los estudiantes se desarrollen en esta materia que debe ser una preocupación de toda la familia”.
Henry Condía
Por eso, el Día de Reyes y otras reuniones familiares, representan una valiosa oportunidad para hablar y demostrar con el ejemplo lo importante que es cultivar virtudes como la igualdad, la solidaridad, la libertad, el respeto y la resiliencia en todo tipo de relaciones.
Sin contar que las festividades y tradiciones son las ocasiones más oportunas para que los adultos y jóvenes fortalezcan sus vínculos y reconozcan que, a pesar de la costumbre de recibir obsequios, lo importante de esta celebración es la oportunidad de unirnos y mantenernos agradecidos por lo que tenemos.
El Día de Reyes también trata sobre el amor que sentimos hacia los otros y sobre nuestra capacidad de expresar este sentimiento con gestos de cariño simples pero muy gratificantes. Un abrazo, un halago, una sonrisa o una plática, son pequeñas cosas que revelan lo mucho que apreciamos a nuestros seres queridos y en las que no necesitamos invertir grandes recursos.
Aprovecha este día para festejar con los tuyos, disfrutar las tradiciones, pero sobre todo para redescubrir qué es lo realmente importante y necesario para seguir avanzado en tu vida.