Seguramente te has sentido muy cansado, con los ojos pesados y sin ganas de nada y al menos un par de ocasiones, has ingerido una bebida energética pensando en que será la solución que tanto buscabas pero si las consumes en exceso, pueden tener un efecto contraproducente.

Fue a principios de los 80 que en los supermercados apareció un nuevo tipo de bebida que según sus creadores, aumentarían nuestros niveles de energía mientras mejoraban nuestro rendimiento físico. A partir de ese momento hay diversidad de bebidas energéticas que sobre todo es muy habitual entre los jóvenes.

La mayoría de estas bebidas están compuestas de casi los mismos ingredientes: Agua, azúcar, cafeína, vitaminas, minerales y estimulantes no nutritivos, como el guaraná, la taurina y el ginseng. Ojo, hay que aclarar que estos estimulantes no son dañinos siempre y cuando se consuman con moderación, pero pueden ser peligrosos cuando se consumen con frecuencia en cantidades grandes.

Recuerda no consumirlas en exceso y mucho menos con alcohol pues podrías provocar efectos secundarios como:

  • Insomnio
  • Ansiedad
  • Arritmias cardiacas
  • Convulsiones
  • Infartos
  • Accidentes cardiovasculares

En conclusión, nosotros te recomendamos que busques una fuente de energía más natural y no tanto enlatada. Hay muchas formas de revitalizar el cuerpo y la mente que una bebida que a largo plazo, será dañina y con pocos beneficios.

Empieza por una dieta que incluya vegetales, frutas, nueces, granos y carnes limitadas, evita el consumo excesivo de bebidas altas en calorías, acostúmbrate a tener una buena práctica de sueño y ejercicio regularmente.

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