Cada parte de tu cuerpo es única y tiene funciones específicas. En esta ocasión, te compartimos información que debes conocer sobre tu corazón. Enamórate de él y cuídalo.

Conoce tu corazón

El corazón, a pesar de solo tener el tamaño de un puño, es una poderosa bomba alojada en tu cuerpo. Se trata de un órgano muscular que en conjunto con los vasos sanguíneos forman el aparato cardiovascular, el cual hace circular sangre y oxígeno por el organismo.

Tu corazón se divide en dos lados. El derecho, mismo que recibe la sangre del cuerpo y la bombea hacia los pulmones. Mientras, el izquierdo hace lo contrario, es decir, acepta la sangre que viene de los pulmones y la envía al resto del cuerpo.

Para que un latido suceda tiene que pasar lo siguiente: el corazón se debe llenar de sangre y después contraerse para impulsar la sangre hacia fuera. Cada que el corazón se contrae (encoge) lo hace muy muy rápido. Esta secuencia de movimiento la hace todo el día, toda la noche, constantemente y sin parar. Así que el corazón trabaja duro y sin descanso.

¿Por qué los ácidos grasos omega-3 DHA y EPA pueden ser un apapacho?

No olvides que existen dos tipos de ácidos grasos omega-3:

Los de origen vegetal, como aceites de linaza y otros.

Los de origen marino, mismos que provienen del pescado o de algas. 

Una de las principales diferencias entre uno y otro tipo, además de su origen, es que los ácidos grasos omega-3 provenientes del pescado tienen docosahexaenoico (DHA) y eicosapentaenoico (EPA); también llamados ácidos grasos “esenciales”, debido a que el organismo no puede producirlos por sí mismo, y es necesario obtenerlos de otras fuentes.

Después de realizar un metaanálisis (conjunto de herramientas estadísticas), investigadores del Centre for Study of Natural Medicines and Neurocognition, localizado en Melbourne, Australia, llevaron a cabo estudios para cuantificar los efectos de los ácidos grasos omega-3 sobre la rigidez arterial y su asociación con las enfermedades cardiovasculares (ECV).

Los resultados que arrojaron las investigaciones fueron que los ácidos grasos omega-3 (provenientes del aceite de pescado) pueden ayudar, hasta cierto grado, a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, pues disminuyen la rigidez arterial (un factor de riesgo de las ECV).

Tu corazón necesita nutrientes

Seguir una dieta equilibrada significa consumir los nutrientes necesarios para que todo fluya en armonía, incluido el trabajo tan importante que realiza tu corazón. Según especialistas de la Clínica Mayo, una dieta saludable incorpora en ella; vegetales, frutas, cereales integrales, legumbres y se limitan las cantidades de sodio y de grasas saturadas.

Como dato extra, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que un adulto debería consumir un mínimo de 250 miligramos diarios de ácidos grasos omega-3 DHA y EPA.

Fuente: 

– Ask the Scientists. Sitio consultado en febrero de 2020: https://askthescientists.com/es/los-acidos-grasos-omega-3-de-cadena-larga-pueden-mejorar-la-flexibilidad-arterial/

– Clínica Mayo. Sitios consultados en febrero de 2020: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/heart-disease/multimedia/circulatory-system/vid-20084745; https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/heart-disease/in-depth/heart-healthy-diet/art-20047702

– Kids Health. Sitio consultado en febrero de 2020: https://kidshealth.org/es/kids/heart-esp.html

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