Es muy fácil ser padre, solo tienes que enseñar a tu hijo a caminar, ir al baño, hablar y llevarlo a la escuela; listo, todo está solucionado, ¿no es cierto? ¡Alto, ya sé que piensas lo contrario!
Ojalá existiera una guía completa de cómo ser un padre extraordinario y no fallar en el intento, o un antídoto que te asegure que la infancia de tus hijos será feliz y sin ninguna herida. Aunque no hay una guía definitiva ni un antídoto mágico; existen diversos estilos y métodos de crianza aprobados por expertos en educación, estos pueden servirte como guía para que el desarrollo de tus hijos sea sano y feliz; sin embargo, es importante también que tú seas un papá o mamá sana y feliz.
Ser papá o mamá va mucho más allá de solo enseñar a nuestros hijos cuidados básicos; es hacerte responsable de una pequeña vida en toda su extensión. Cuidar de tus pequeños, amarlos y protegerlos incluso de ti mismo. ¿Por qué de mí? Porque puedes tener heridas de tu infancia que se verán proyectadas en tus hijos y caerás en un ciclo generacional.
Ordenando tu mochila emocional
Hablemos de las heridas emocionales como una mochila que siempre llevas cargando, ¿cuánto pesa esa mochila? ¿No crees que debes quitarle peso? No cargues con heridas que puedas transmitir a tus hijos, tú tienes el poder de sanarlas a través tu niño interior.
La paternidad…se trata de guiar a la próxima generación y perdonar a la última
-Peter Krauze.
¿Qué tipo de mamá o papá quieres ser para ellos? Aunque parezca difícil de relacionar, las heridas emocionales que tenemos de nuestra infancia, afectarán la forma en que nos convertimos tanto en adultos, como en padres. Tus hijos son tu reflejo; ellos quieren ser como tú, y muchas veces tienen las mismas conductas que observan en ti. ¿Te has preguntado qué emociones te traen al verlos hacer rabietas o sentir miedo? Esas emociones se conectan con tu niño interior, pues ves a tus pequeños en un estado puro de inocencia y conectas con tu “yo” de la infancia.
Tus hijos son un puente para encontrar a tu niño interior; ellos pueden ayudarte a encontrarte con él y sanarlo. Date el tiempo de jugar con ellos, abrázalos, platicar sin juicios ni razones; solo déjate llevar para que esa conexión se establezca. Ayúdalos a amarse y protegerlos, tratando de no dejarles heridas de abandono, apego, miedos o inseguridades. Todos queremos ser buenos padres, y te aseguro que lo haces lo mejor que puedes. Sin embargo, aún hay mucho que aprender para cobijar la infancia de nuestros pequeños y así lograr convertirnos en súper madres o padres.
No estás solo, la familia USANA tiene el compromiso de ver a tus hijos teniendo infancias felices y plenas; por ello, aquí queremos ayudarte a ser un súper padre y madre sanando a tu niño interior.
¡Súper papá y mamá!
¿Te has sentido identificado con tu hijo? La relación que estableces con tus hijos depende de tus heridas emocionales, como lo hemos mencionado, esa relación también estará marcada con los miedos e inseguridades que les transmites.
Un súper papá o mamá siempre será aquél que sane, que logre romper con los ciclos generacionales de heridas: vergüenza, culpa, ira, estrés, etc. Todas esas emociones deben ser trabajadas y enfocadas hacia lo positivo. Nuestros hijos reciben todo de nosotros, deja un legado de amor, confianza, autoestima y autocuidado.
Enseña a tus pequeños a sanar heridas; pues, aunque a veces los quieras proteger de todo y ante todo, no es posible. Lo mejor es enseñarles inteligencia emocional y autocuidado. Enséñales que hay heridas que surgen ante diversas situaciones, pero siempre deben ser sanadas para tener una vida mejor. Como padre, es indispensable desarrollar expresión y regulación emocional con nuestros hijos; un vínculo fundamental para que ellos se sientan seguros y en confianza.
Crianza amorosa y respetuosa
Ahora que ya sabemos la relación entre nuestras heridas y crianza, es momento de reflexionar acerca de nosotros mismos. Conectar a tu niño interior para que te oriente sobre cómo relacionarte con tus hijos, y viceversa. Sanar a tu niño interior mientras educas a tus hijos es más fácil, pues como mencionamos al principio, ellos son un puente de conexión.
- Déjà vu
Cuando observes a tu hijo con un comportamiento fuera de lugar primero reflexiona sobre ti, lo que te hace sentir y cómo lo relacionas. Quizá tengas un recuerdo antiguo de que eso ya lo viviste; lo importante ahora es conectar el cómo manejarlo de una forma positiva.
- Romper las reglas
Hay que tener especial cuidado en este punto; pues nos referimos a romper las reglas responsablemente. ¿Cómo podemos hacerlo? Quizá en tu hogar no se permiten alimentos chatarra, o jugar con el agua e incluso jugar en el piso. Rompe esas reglas con tus hijos y experimenta algo nuevo, podrás conectarte con tu niño interior que será quien interactúe con tus hijos; coman pizza en el sillón por un día o corran descalzos en el parque. Solo tú sabes qué hacer.
- Acéptalo como es
Primero a tu niño interior, acepta quién es, cuáles son sus miedos, inseguridades y angustias; ahora hazlo con tus hijos. Aprende a amarlos con la esencia, inocencia y perseverancia de un niño. Ama a tus hijos y deja que tu niño interior también los ame y los oriente.
El camino no es fácil, pero seguramente harás todo lo que esté en tus manos para que tu niño interior y tus hijos aprendan a ser confidentes y se apoyen. La familia USANA sabe que puedes hacerlo, nos sentimos orgullosos de tener padres y madres que quieran sanar para darles una infancia plena a sus hijos; estamos contigo.
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