Alguna vez te has preguntado, ¿cómo es que las personas convertimos algunas buenas prácticas en hábitos? La respuesta a esta pregunta tiene que ver con aspectos muy puntuales de nuestras actividades cotidianas. A continuación te damos más detalles.

En general, las buenas prácticas son hasta cierto grado un tipo de “herencia familiar”, las cuales se pueden ir transmitiendo de generación en generación (de tus abuelos a tus padres y ellos a ti). No obstante, conforme una persona crece o se desarrolla, va sumando nuevos actos o actividades a su cotidianidad, pero para que consideren hábitos como tal requieren poseer ciertas características.

Según los especialistas… ¿Cómo convertimos buenas prácticas en hábitos?

Especialistas y científicos en ocasiones no coinciden en una definición exacta del término hábito. Sin embargo, se puede interpretar como una acción, o secuencia de acciones, iniciada por una señal. Por otra parte, la RAE lo define como; una forma especial de proceder o conducirse adquirida por repetición, son actos iguales o semejantes y se originan por tendencias instintivas.

Una recomendación para que puedas seguir sumando hábitos saludables a tu día a día, es que cada vez incluyas más de ellos en diferentes aspectos de tu vida, no solo en lo familiar, también en lo profesional y hasta en la forma en que interactúas con el resto de las personas. Es decir, tienes que ampliar el alcance de tus hábitos.

Es muy importante que sepas que un hábito no está condicionado 100% a una hora del día, evento, persona, estado emocional o lugar. Lo que detona, en sí, el inicio de un hábito es una señal, la cual provoca una respuesta conductual o comportamiento para alcanzar una especie de recompensa. Es así como el cerebro aprende que dicho comportamiento es algo que se desea.

Resumiendo la idea anterior podríamos decir que un hábito sigue los siguientes momentos: se produce a partir de una señal, misma que lleva a la persona a comportarse de una y otra manera, y al final esa acción genera una recompensa personal.

Lo que debes tener muy en claro respecto a estas conductas, y para que en verdad la práctica de “x” o “y” acción se convierta en un hábito, es que la repitas o lleves a cabo sin pensarlo, ya que has logrado esto se puede decir que has propiciado un nuevo ciclo de hábitos.

Otra cosa trascendental que podría serte muy útil para motivarte, y así llegues a incluir un nuevo hábito en tu cotidianidad, sería sumar distintas razones por las que este cambio te inspirará, motivará, y definitivamente facilitará tu camino al éxito.

Es muy cierto que todo cambio de hábito, o que el proceso de transformar una práctica en uno, implica un esfuerzo constante durante un tiempo determinado. Muchas personas creen que el sumar un hábito toma únicamente 21, aunque en realidad hay personas a las que les toma meses. Lo cierto es que el tiempo no es lo más importante sino el arraigo que se genera.

Si quieres convertir buenas prácticas en hábitos te recomendamos lo siguiente:

  • Lleva un registro de tus avances.
  • Anota tu sentir respecto a estos nuevos comportamientos y lleva a cabo un análisis.
  • Elige un premio que te permita mantenerte motivado/motivada.
  • Prémiate cada que cumplas uno de tus objetivos.

Recuerda que según los especialistas, los mejores resultados se obtienen cuando las personas se vigilan y se recompensan ellos mismos.

Fuente:

– Ask the Scientist. Sitio consultado en noviembre de 2020: https://askthescientists.com/es/habits/

– Real Diccionario de la Lengua Española. Sitio consultado en noviembre de 2020: https://dle.rae.es/h%C3%A1bito

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